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Creo que no hay persona en este país que haya visto ese comercial y no se vea reflejado en el personaje de Fernando Larraín, que nos recuerda en base al humor negro todo lo que se viene en el funesto tercer mes del año.

Y todos, sin excepción, tenemos al menos 1 recuerdo de que marzo es el mes en que se viene encima el peso de la vorágine del año: Al principio de nuestras vidas sólo significaba el dejar atrás la diversión junto a nuestros papás pues ellos volvían a su vida laboral y nosotros a la casa a ser cuidados por una nana o por un pariente con buena disposición (o falto del recurso monetario y que veía en nuestro cuidado una ventana de escape de las apreturas económicas).

Pasan los años y marzo adquiere nuevos significados: El comienzo del colegio o el de la universidad, el volver al trabajo, el pagar patente y permiso de circulación si tienes auto, el comienzo de la "guerra de teleseries" para los que están inmersos en el submundo que nos teje la TV entre 8 y 9 pm, etc. En resumidas cuentas, marzo es un sinónimo del verdadero comienzo del año, pues enero y febrero es una especie de preparación mental y física para lo que en realidad se viene. Por mi parte, marzo se me apareció en forma del examen de título que debería estar dando en este mes ("debería", porque aún no lo sé).

Pero más que lamentarse, lo único claro que podemos hacer es ponernos esa mochila al hombro (ya sea de los estudios, del trabajo, de las cuentas, etc.) y seguir adelante, "porque pa'trás no cunde" como dice mi vieja.

Al final, marzo es sólo un mes... y yo no lo veo tan negro como lo pintan... Por ahora...