Chile con Todos

Cuando estaba de vacaciones en el sur hace unos años atrás, tenía ganas de ver El Juego ("The Game"), película de Michael Douglas que había capturado mi atención. Por lo mismo, a medida que la veía, me interesaba saber cómo terminaría todo. Hasta que un tío no encontró nada mejor que decirme lo que iba a pasar, con lujo de detalles. De tal manera que cuando vi el final de la película, no me asombré ni quedé satisfecho de haberlo visto, por razones obvias.

A nadie le gusta que le cuenten el final de algo. Si así fuera, empezaríamos los libros leyendo desde la última página o miraríamos las películas de atrás hacia adelante. Tampoco nos gustaría saber el día o cómo vamos a morir, porque condicionaría todo lo que se vendría en nuestra vida hasta que llegue aquel momento.

Lo cierto es que esperamos que los buenos terminen felices y le ganen a los malos al final de la película o del libro (no el 100% de la gente, pero es el ideal de la mayoría) y que en nuestra vida ocurra algo similar: que cuando llegue el final de la proyección de nuestra historia en este mundo, sea con un final feliz y sin la sensación de que quedaron cabos sin atar (porque no habrán segundas partes para lograrlo).

No me gusta saber los finales y menos quiero conocer cúal será el mío. Sólo deseo que cada cosa que haga en la vida, venga con un "Happy End".

Este lunes desperté y volví a la realidad.

Los que me conocen bien, saben que desde hace 4 años estoy en Eje. Y que cada 2 fines de semana al año (a excepción del 2004, que fueron 3), mi tiempo y dedicación no son para nada más que un FDS Eje. Como el de este sabado y domingo recien pasado.

Ahora que llevo tanto tiempo en esto, siento que estar en un FDS Eje es entrar a una inmensa burbuja, donde los problemas pueden quedar afuera cuando estás ahí inmerso, ya sea viviéndolo o intentando mejorar tantos mundos. Te inunda una energía y magia tan intensa y especial, que quisieras que nunca terminara. Pero todo tiene su fin y la burbuja se tendrá que reventar para que regreses al mundo real.

La vida parece estar llena de esas burbujas. El colegio es una de ellas, porque piensas que las clases, las tareas y las pruebas son lo más complicado del mundo. Al terminar ese ciclo y con el paso del tiempo, quisiéramos que el trajín de nuestra existencia fuera tan relajado como el de esos años.

Otra burbuja son las vacaciones, donde ojalá ese lapso de descanso fuera eterno y no se tuviera que volver a la cotidiano, ya sean las clases, el trabajo, etc.

Y si lo pensamos bien, la vida misma es una gran burbuja: tan frágil, que puede acabarse en cualquier momento; y tan bella, que debemos aprovechar cada momento como si fuera el último.

Este lunes desperté y volví a la realidad. Volví a la cesantía y a los problemas que acarrea. Sólo espero que si Dios juega con pompas de jabón, haga que la burbuja de mi vida flote con mejores rumbos.

Ayer fue mi cumpleaños. Y repasando lo que hice, no fue un mal día como pude pensar que sería.

¿Qué hice?
  • Desperté con el abrazo de mi mamá y el de mi hermano (que gracias al Cielo no fue animal para despertarme).

  • Me metí al pc y recibí correos por mi cumpleaños... de El Antro, de Trabajando.com, de Bumeran, entre otros (al menos los bot de los sitios se acuerdan de ti). Luego de esto, subí a mi fotolog la foto que no quiso subir en la noche.

  • La polola de mi hermano me saludó por teléfono, así que fue el primer llamado por mi cumpleaños

  • Fui a trotar al estacionamiento del condominio, como lo he estado haciendo día por medio desde hace 2 semanas (y así dejar de crecer de manera lateral). Antes de esto, mi papá me saludó con un abrazo. Estaba medio peleado con él, pero con ese gesto se me pasó el enojo.

  • Después de la ducha, estuve en el pc revisando los saludos de cumpleaños que me postearon en el fotolog y en los foros que estoy metido. También recibiendo uno que otro por MSN. Así hice hora para salir en la tarde.

  • Me junté con mi hermano y nos fuimos al hoyo... Quiero decir que nos fuimos a El Hoyo, ubicado en Estación Central. Ahí me invito un Terremoto (pipeño con helado de piña, por si algún abstemio o no amigo de las lides alcohólicas no sabía), el cual bebimos para brindar por mi cumpleaños.

  • Fuimos para la Usach para ver en internet la dirección del local donde nos había invitado un amigo. Al final, nos quedamos carreteando un rato en los pastos de Ciencias con algunos compañeros de la carrera de mi hermano. Por el parecido que tenemos con mi bro, fuimos bautizados como "Los Josés" (yo soy José y mi hermano es Jose...XD). Buena onda todos ellos.

  • Llegamos a la casa y mi mamá nos dio de esas trenzas con crema pastelera que venden en las pastelerías.

  • Me llamó mi abuela (por parte de mi papá) para saludarme y aprovecharon de hacerlo mi tía que vive con ella y una prima. También me llamó otra tía (hermana de mi mamá) para saludarme también. Mi mamá me decía que mi otra abuela me mandaba saludos y un abrazo.

  • Vi un pedacito del concierto de Soda Stereo cuando lo empezaron a dar por la TV, pero como no es lo mismo que verlo en vivo (para eso me compro el DVD de la gira, si es que sale), apagué la tele. Me hubiera gustado estar ahí, pero no se pudo.
Y eso sería.

Reconozco que siempre pensé que al celebrar mis 25, las cosas serían muy diferentes a como son. Pero este nuevo año de vida ya empezó y aunque no tuve torta, no soplé velas, no rasgué el papel para desenvolver algún regalo ni estaba rodeado de un montón de invitados, sinceramente no me importa. Lo pasé mucho mejor de cómo pensaba que sería mi día.

Además, siempre hay un próximo año. Y ahí celebraré mi Sweet Twenty Sixteen...XD!


 

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