Este lunes desperté y volví a la realidad.
Los que me conocen bien, saben que desde hace 4 años estoy en Eje. Y que cada 2 fines de semana al año (a excepción del 2004, que fueron 3), mi tiempo y dedicación no son para nada más que un FDS Eje. Como el de este sabado y domingo recien pasado.
Ahora que llevo tanto tiempo en esto, siento que estar en un FDS Eje es entrar a una inmensa burbuja, donde los problemas pueden quedar afuera cuando estás ahí inmerso, ya sea viviéndolo o intentando mejorar tantos mundos. Te inunda una energía y magia tan intensa y especial, que quisieras que nunca terminara. Pero todo tiene su fin y la burbuja se tendrá que reventar para que regreses al mundo real.
La vida parece estar llena de esas burbujas. El colegio es una de ellas, porque piensas que las clases, las tareas y las pruebas son lo más complicado del mundo. Al terminar ese ciclo y con el paso del tiempo, quisiéramos que el trajín de nuestra existencia fuera tan relajado como el de esos años.
Otra burbuja son las vacaciones, donde ojalá ese lapso de descanso fuera eterno y no se tuviera que volver a la cotidiano, ya sean las clases, el trabajo, etc.
Y si lo pensamos bien, la vida misma es una gran burbuja: tan frágil, que puede acabarse en cualquier momento; y tan bella, que debemos aprovechar cada momento como si fuera el último.
Este lunes desperté y volví a la realidad. Volví a la cesantía y a los problemas que acarrea. Sólo espero que si Dios juega con pompas de jabón, haga que la burbuja de mi vida flote con mejores rumbos.