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El otro día vi el capítulo de Los Simpsons donde aparece Frank Grimes, ese tipo que termina siendo el enemigo de Homero porque no entiende cómo pudo llegar al lugar que está en el mundo sólo siendo como es, muentras que él (Grimes) ha sufrido toda la vida para ser menoscabado por los demás, incluso cuando se muere.

Tal vez es difícil decirlo (y decidirlo) : ser Frank Grimes es esforzarte por lograr lo que quieres, aunque no muchos te lo reconozcan. O si lo hacen, se olviden de ti al día siguiente. Es sinónimo de que todo te cueste el doble o el triple que el resto. En cambio, ser Homero Simpson es un ejemplo claro de la ley del mínimo esfuerzo, sin esperar un reconocimiento mayor o recibiendo las cosas como vengan sin importar si es bueno o malo.

Pero tomándolo por otro lado, ser Homero es generar odio y simpatía a la vez, siendo este último sentimiento el más recurrente. En cambio ser Grimes es ser fijón de lo que son, hacen, dicen o viven los demás, sin preocuparse de sí mismo y generando la antipatía.

No sé si sea bueno ser 100% de uno o de otro, tal vez es mejor una mezcla.

O tal vez sea mejor ser un Flanders... (Perfectirijillo :P)