Hoy fui a buscar agua del botellón de agua purificada que tienen en la sección. Un compañero (dado a tirar la talla a cada momento) no hizo más que decir "aproveche ahora Huguito, mire que después va a tomar agua de la llave nomás", para que yo empezara a pensar en todas las cosas que perdería desde el momento mismo de cruzar la reja de entrada al IGM en unos días más: Las horas de gimnasia que estaban quitándome de a poco la panza, el compañerismo que ahí se dio, el agua que antes nombré, la gente que no veré tan seguido como antes, etcétera, etcétera.
Nada será igual desde este viernes... Pero no sé qué irá a pasar después... Quizá el destino quiera que vuelva a cruzar aquella reja, pero ya no como practicante, sino que como un flamante trabajador del Geográfico.
(Continuará...)